Son varias las teorías que tratan de explicar la razón por la que a los José les dicen Pepe y la más aceptada tiene que ver con el hipocorístico (abreviatura del nombre real) de Padre Putativo (PP) Sanctus Josefus Pater Putativo Christi, que es como la iglesia comenzó a identificar a José, el esposo de María, padre de Jesús.
Los padres de Pepe Alexander Hidalgo Jiménez, como buenos piuranos, no se fueron por las ramas y decidieron bautizar a su hijo de frente y sin disimulo como Pepe y así llegó a Trujillo.
Acababa de salir de la Universidad donde estudió Ciencias de la Comunicación y fue seleccionado entre un grupo que postuló al diario La Industria, donde lo conocí flaco, alto, callado, respetuoso y dueño de modales refinados, como imaginamos a los diplomáticos.
Años después, lejos de la Capital de la Primavera, me enteré le habían encargado la dirección del diario La Industria de Chimbote, desde donde dio el salto de retorno a El Satélite, el vespertino del diario decano de Trujillo.
El periódico que por muchos años dirigió el siempre recordado Hugo Paredes, cumple un rol protagónico en la vida de esa ciudad, que como en muchas partes, se inclina por la versión popular, de lenguaje sencillo y titular ingenioso.
Volví a ver a Pepe hace algunos años cuando junto a directivos de “La Industria” presentó el libro “Líderes con Norte” con 12 historias de familias que en algún momento padecieron dificultades económicas y lograron sobreponerse gracias al esfuerzo y trabajo.
Pepe es entusiasta, solidario y con una enorme sensibilidad social que, como muchos periodistas, asume desafíos para socorrer a quienes más necesitan de una mano generosa que los ayude a afrontar las dificultades.
Entiendo que también se dedica a la docencia universitaria y seguramente estará contagiando a sus alumnos de ese temperamento que lo hace además de buen periodista, una gran persona.