El triunfo electoral de Milei en Argentina tapó la boca de izquierdistas que predecían irreversible un destino rojo para el continente sudamericano. Al contrario, la contundencia con la que esta vez se impuso la derecha se convierte en una suerte de amenaza para vecinos tentados coquetamente a caminar con los senderos del socialismo del siglo XXI.
Vamos a ver lo que hace Milei en el gobierno, comentan con el deseo escondido de otro fracaso económico, sabiendo que el reto es complicado después de tantos años de populismo peronista.
Y lo que tiene que hacer para vencer la inflación galopante que destruye los bolsillos de los más pobres es aquello que anteriormente tuvieron que hacer los gobiernos que sucedieron a Salvador Allende en Chile o Alan García I en el Perú.
Es la estatización de las empresas y servicios públicos lo que termina minando los recursos de cualquier país, en cualquier parte del mundo. El fracaso del comunismo tiene una demostración enorme en el Muro de Berlín.
Y es lamentable tener que decir a partir de hoy, que mientras en Argentina enrumban a una corrección económica, aquí en el Perú caminamos como en cangrejo con la estatización, nuevamente, de los pozos petroleros.
La economía social de mercado es algo que no está implícito Canciller Gonzales Olaechea, es algo que ´manda de manera explícita la constitución de la república y que nunca le escuchamos decir a la presidente Boluarte ni a sus ministros, tan aficionados a la caja chica y al nombramiento de amiguis en la administración del Estado.
Viva la libertad ¡carajo! fue el grito eufórico de Javier Milei cuando comenzó a festejar su victoria y el siguiente paso, apenas asuma el gobierno será comenzar a barrer de la administración esa voraz burocracia que él llama “la casta” de los empleados públicos.