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sábado, noviembre 23, 2024

UNA HISTORIA INSOLITA

Una señora mayor, preocupada siempre por los demás, me preguntó un día, hace más de 40 años, cómo podía hacer para ayudar a una amiga muy joven, madre soltera que tenía una vida muy triste. Fue abandonada por su madre cuando aún era muy niña, luego murió el padre y la dejó el novio, estando embarazada.

Vivía con muchas dificultades económicas y tenía la esperanza de recibir ayuda de su madre, que supo vivía en México, pero no tenía cómo ubicarla, no tenía su número de teléfono, ni dirección, ni mayor referencia que su nombre.

Le aconsejé escriba una carta a la revista “Vanidades” que en esa época era muy leída por las señoras de los países latinoamericanos, con la posibilidad que alguna persona amiga de su madre la lea y le pase la voz sobre su situación.

La idea nos parecía algo descabellada, pero con fe es que todo se puede, pensamos y así actuó. Escribió una carta breve con la triste historia y la envió a la dirección que la revista consignaba para cartas de sus lectores.

Era un tiempo sin computadoras, internet, ni correo electrónico, las cartas se escribían a mano en papeles que dentro de un sobre viajaban por el mundo, hasta su destino final.

Fue seleccionada entre las muchas que recibía la revista para ser publicada y su propia madre la leyó un día en una peluquería, de donde salió apurada a llamar al teléfono y reanudar una comunicación que nunca debió interrumpirse.

Tenía una posición económica acomodada y muy pronto consiguió que la joven viaje con su hijo a México, donde comenzaron una nueva vida todos juntos.

Han pasado muchos años y algunas de las protagonistas, supongo, habrán fallecido, pero me dejaron una lección de optimismo que he querido compartir en estos días que tanta falta nos hace.

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