19.4 C
Lima
sábado, noviembre 23, 2024

TALLARINES A LA BOLOGNESA

Existe una enorme diferencia entre el fideo hecho en casa y el que venden en tiendas y supermercados, razón por la que tenía una recompensa adicional visitar a la tía Adela, hermana de mi madre, los domingos y acompañarla en la elaboración del tallarín.

Un paquete de harina formaba un pequeño volcán sobre la mesa y en el cráter reventaba cuatro huevos que mezclados con agua y sal formaban una masa que había que estirar con un uslero, un rodillo de cocina o simplemente una botella.

En una esquina estaba la pequeña maquina de hacer fideos y debíamos hacerlo todo muy rápido para evitar se seque antes de tiempo. Los fideos podían ser delgados, algo más gruesos que los cabellos de ángel, medianos los preciados tallarines o gruesos (fettuccine o tagliatelle o papardelle).

Seguramente más de un experto sabrá corregir los nombres correctos de los fideos, pero tan o más importante que el fideo es la preparación de la salsa bolognesa, con carne de res molida, cebolla, salsa de tomate, apio, un trozo de carne de chancho para darle mejor sabor, vino blanco, hongos, laurel, agua y sal.

Se comienza a preparar temprano y debe cocinarse durante horas para lograr esa amalgama de sabores y textura que se complementa, a la hora de servir los fideos, que estarán cocidos cuando uno quede pegado en la pared. El queso parmesano rayado completa esta delicia.

Los adultos acompañaban estos platos con vino y los niños con sangría preparada con el mismo vino tinto, agua y azúcar.

Participar en las correrías de la preparación de los fideos era parte de la diversión y arrojarnos algo de harina una suerte de anticipo de los carnavales.

Mas leídos

GENIO Y FIGURA HASTA LA SEPULTURA

AL FILO DE LA NAVAJA

COMERSE A ALGUIEN CON LOS OJOS

IR DE PUNTA EN BLANCO

Artículo anterior
Artículo siguiente