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sábado, noviembre 23, 2024

SHUA SHUA

SHUA ESPINOZA

Yo nací, en una casita pequeñita,

toda de paja a la orilla del mar,

no tenía juguetes, no tenía nada,

no tenía un amiguito para poder jugar,

yo hablaba con la soledad y para mi consuelo

me contestaba el mar,

shua shua contestaba el mar.

El niñito al que cantaba Lucho Barrios debió ser de la misma edad de los alumnos del colegio primario 990, cuando la señorita Elba pidió que salga adelante el que quisiera cantar y Espinoza pasó sin ningún temor, primero miró al techo, después cerró los ojos y comenzó a cantar. Shua shua contestaba el mar.

Desde ese día sus amigos le comenzamos a decir Shua Espinoza, y jamás se incomodó, le sonaba a halago, debido a que tuvo el valor y la desenvoltura de atreverse a cantar en el salón de clases, con la espontaneidad propia de niños de 7 u 8 años, como en su casa, con absoluta confianza y fue premiado con el aplauso entusiasta de todos.

Vivía en el Alto de Lima, cerca al local del colegio y con los años le perdí la pista, no lo volví a ver, creo que postuló a la Normal y debe haber sido un excelente profesor, ahora jubilado.

No sé si habrá invitado alguna vez a sus alumnos a cantar en el salón de clases, pero la señorita Elba y sus compañeros de aula le agradecimos ese día y su brillante actuación sirvió para romper el hielo cuando tratamos de conocer mejor a quienes nos rodean y nos van a acompañar el resto del año.

Qué bonito es vivir junto al mar

en un rinconcito de arena

y las olas al murmurar

yo hablaba con la soledad

y para mi consuelo me contesta el mar

shua shua contestaba el mar.

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