El fuerte estallido me despertó a medianoche en Surco. El ataque ocurrió en Jesús María en el local de Frecuencia Latina, un día como hoy, el 5 de junio de 1992. Lo destruyó, causó la muerte de tres trabajadores y dejó a varios otros con graves heridas y secuelas que padecen hasta hoy.
La revolución no tiene lagrimas fue la fría respuesta de un senderista capturado, que atacó el local de Acción Popular en esa misma época.
No puede ser periodista quien pretende pasar por agua tibia la cobardía criminal de asesinos que causaron la muerte del periodista Alejandro Pérez y de los vigilantes Javier Requis y Teddy Hidalgo.
Ayer escuché el testimonio de tres sobrevivientes, Jesús Paredes, policía retirado que prestaba servicios de seguridad y terminó con una mano destrozada y esquirlas en la cabeza y otras partes del cuerpo y de Iván Dulanto, que igualmente sobrevivió de milagro y aún tiene esquirlas de las numerosas que le perforaron el cuerpo y no pueden retirar.
Justo Linares, Jefe de Redacción de “90 segundos” relata lo sucedido con lujo de detalles, conserva y muestra por vez primera un trozo del camión robado a la Marina y cargado de 600 kilos de anfo y dinamita.
A los pocos días entré a trabajar entre los escombros, en reemplazo del periodista muerto.
No pueden decir que son periodistas y mirar a otro lado, ni buscar interpretaciones caprichosas para esconder los crímenes de Sendero Luminoso y con el tiempo y su silencio convertirse en cómplices de esos asesinos.
Ayer también me enteré de la muerte de la viuda de Alejandro Pérez, con quien después tuve la satisfacción de trabajar en ATV.
A quienes nos tocó vivir la época de terror de Sendero Luminoso y del MRTA, nos corresponde difundir lo que varios gobiernos no han hecho en estos años y por eso hay jóvenes despistados que nunca han llegado a entender la locura criminal de quienes adoptan nuevas estrategias para llegar al poder.
Algunos sobrevivientes heridos renunciaron después de unos años y entendí
que otros, increíblemente fueron despedidos por nuevas administraciones y nunca recibieron reparación alguna por el atentado. La empresa sí.