El dicho tiene su origen en un famoso poema de Ramón de Campoamor que en algún momento sentencia para la posteridad «Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira».
La obra es “Doloras” el poema LIX es “Las dos linternas” y es dedicado a Guillermo Laverde Ruiz.
Lo que nos quiere decir, en buen romance, es que nada es confiable, todo es relativo, tiene que ver con los subjetivo y puede estar mostrándonos algo que después resulta todo lo contrario.
Este dicho puede desbaratar cualquier argumento jurídico, filosófico o religioso, político o económico.
En España convierte el dicho en algo así como la Ley Campoamor, cuando se aplica la norma de acuerdo al libre albedrío de quien la adopta.