Es un dicho igual que “se le chorrea el helado”, o «se le moja la canoa», para referirse a un gay que no oculta su condición y por el contrario la revela, anuncia y proclama con gestos femeninos exagerados.
Son aquellos que de lejos parecen y de cerca son.
Hablan con voz femenina, caminan con movimientos de cadera excesivos, amanerados y gesticulan haciendo alarde de su inclinación.