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sábado, noviembre 23, 2024

SALMAN RUSHDIE

Mezclar fanatismo religioso con política ha tenido siempre muy malos resultados y la mejor demostración es la existencia de Irán, gobernado por los ayatolas, altas autoridades religiosas chií que tomaron el poder hace 43 años. En Afganistán los talibanes acaban de cumplir un año en el poder.

Para conocer solamente un botón de muestra debemos tratar de entender cómo es que un fanático religioso atentó contra la vida del escritor británico Salman Ruhsdie, el último viernes. El sospechoso capturado es Hadi Matar, de 24 años.

Los versos satánicos (1988), una de sus principales obras, contiene críticas a la religión islámica por lo que fue amenazado de muerte por el ayatola Jomeini, que en esos días gobernaba Irán.

Los ayatolas tomaron el poder el 22 de Bahaman, 11 de febrero de 1979 y no piensan dejarlo nunca más.

El ayatola Jomeini murió un año después de asumir la presidencia de su país y el actual gobernante, Ebrahim Raisi es un clérigo que se ha encargado de advertir que Irán nada tiene que ver con el intento de asesinato.

Salman Rushdie recibió diez puñaladas en el rostro, cuello y abdomen, ahora está fuera de peligro, pero su situación sigue siendo delicada.

El fanatismo religioso, mezclado con el político, es el que desencadena numerosos atentados terroristas en todo el mundo, siempre por el mismo motivo, acabar con los infieles, los no creyentes.

El fanatismo ideológico en el Perú ha tenido diversas manifestaciones como los seguidores de Sendero Luminoso y del MRTA, miles de ellos liberados en los últimos años, a partir del gobierno de transición de Valentín Paniagua.

Hoy vemos los más grandes exponentes de un estrafalario fanatismo en los llamados “ronderos”, capaces de adoptar nefastas decisiones colectivas como torturar mujeres acusadas de brujería.

La política se cultiva y manifiesta a partir de partidos políticos, que no pueden ser reemplazados por movimientos religiosos, ni mucho menos por organizaciones que chicote en mano demuestran que no son más que rezagos medievales característicos de nuestro subdesarrollo político, económico y cultural. Ellos son nuestros ayatolás, nuestros talibanes.

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