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domingo, noviembre 24, 2024

RELIGIOSOS ASESINADOS

Los sacerdotes Zbigniew Adan Strzalkowski y Miguel Tomaszek, de nacionalidad polaca, Franciscanos Conventuales de la provincia de San Antonio de Cracovia (Polonia). En 1989 arribaron al Perú con el propósito de fundar el primer convento de su orden en el distrito de Pariacoto (Ancash), por encargo de la Diócesis de Chimbote. Inauguraron oficialmente Parroquia “Señor de Mayo” el 30 de agosto del mismo año, cuya atención pastoral comprendía cuatro parroquias: Pariacoto, Yaután, Cochabamba y Pampas Grandes.

En poco tiempo se ganaron el corazón de los pobladores gracias a su labor apostólica, la formación de comunidades cristianas, de escuela de catequistas y por su identificación con la pobreza y necesidades de los campesinos. Zbigniew se preocupaba por los enfermos que cada día aumentaban en Pariacoto . Además, frente a la escasez de agua potable estuvo muy interesado por encontrar una nueva fuente de agua para toda la región.

Tomaszek, trabajó en la catequesis familiar, se interesó por los niños empezando su labor pastoral en Pariacoto y luego en Yaután.

La noche del 9 de agosto de 1991, alrededor de 15 miembros del PCP-SL, con el rostro cubierto con pasamontañas y armados con escopetas y armas cortas, atacaron el distrito de Pariacoto, en la provincia de Huaraz, Ancash.

Al llegar a dicha localidad los subversivos se dispersaron en busca de las autoridades. Un grupo se dirigió a la casa del alcalde Justino León Maza y luego de detenerlo lo llevaron al local de la Municipalidad; mientras que otro enrumbó a la casa parroquial, donde detuvieron a los sacerdotes de nacionalidad polaca, quienes también fueron conducidos al local edil.

Los sediciosos llegaron a la parroquia “Señor de Mayo”, diciendo: “somos compañeros y deseamos hablar con los padres.” En ese momento salió el padre Strzalkwski, quien se identificó como tal. Ante su respuesta los terroristas le atan las manos y preguntaron si había otros religiosos en el lugar. Al enterarse de la presencia del padre Tamaszek, también lo tomaron prisionero. En ese instante intervino la hermana Berta, intuyendo lo que podía ocurrir preguntó: “¿Por qué atan a los padres, que van hacer con ellos, por qué se los llevan? Uno de los terroristas le contestó: “No se preocupe, volverán, los necesitamos para una acción, por las dudas los atamos”.

Posteriormente, al inspeccionar el local parroquial, los terroristas descubrieron que había dos camionetas, que eran de propiedad de la parroquia. Cuando los subversivos preguntaron de quién eran los vehículos, el padre Strzalkwski les contestó que se los había donado la orden a la que pertenecían. Entonces uno de los subversivos le retrucó: “Es un regalo del imperialismo de los yanquis”. Sin más preámbulo los sediciosos introdujeron a los sacerdotes y al burgomaestre de Pariacoto en los vehículos hallados en el local parroquial y los llevaron con rumbo desconocido.

Antes de abandonar el lugar los terroristas realizaron pintas en las paredes de los inmuebles con lemas alusivos a su lucha armada. Al llegar al paraje llamado “Pueblo Viejo” asesinaron a los dos sacerdotes y al alcalde. Sobre sus cuerpos dejaron letreros de cartón con los símbolos de la hoz y el martillo e inscripciones que rezaban: “Así mueran los servidores del imperialismo. Viva el PCP”  “Así mueren los servidores del viejo Estado. ¡Viva el presidente Gonzalo!”

Posteriormente los senderistas se dirigieron al distrito de Cochabamba y a la altura del lugar denominado “Minas” interceptaron al alcalde de esa localidad, Domingo Esteban Padilla Chacpi, quien también fue victimado con disparos de arma de fuego. Posteriormente incendiaron el vehículo en el que se encontraba. Luego ingresaron a Cochabamba, detonaron artefactos explosivos en el local municipal y realizaron inscripciones con pintura roja en las paredes de los inmuebles con lemas subversivos y el símbolo de la hoz y el martillo. Además saquearon la tienda del señor Máximo Cuysano Cabello, de donde se llevaron víveres y alimentos retirándose con dirección a “Anta-Marca” . Allí incendiaron las dos camionetas de propiedad de la parroquia de Pariacoto, dándose posteriormente a la fuga.

En los días sucesivos se detuvo a 30 personas residentes. Tan sólo el detenido Guillermo Máximo Balladares Vega, señaló haber participado en las acciones subversivas que tuvieron lugar el 9 de agosto de 1991 en los distritos de Pariacoto y Cochabamba. Informó que actuó bajo las órdenes de Julio Solís Rosales, a quien conocía por ser del distrito de Yaután .

El 25 de agosto de 1991 a las cuatro de la tarde aproximadamente, el padre Alessandro Dordi Negroni, se encontraba a bordo de una camioneta en compañía de Gilberto Avalos Tolentino y Orlando Rubén Orué Pantoja, dirigiéndose al distrito del Santa, procedente de la localidad de Vinzos. En el trayecto, una mujer desconocida que tenía un bebé en brazos, hizo parar el vehículo del padre, subiendo en la parte trasera de la camioneta.

Al llegar a la altura de “Pampa Vinzos”, se encontraron con piedras que impedían el pase. Entonces el padre Dordi detuvo la camioneta, momento en el cual aparecieron dos sujetos. Uno de ellos tenía el rostro cubierto con pasamontañas, portando una escopeta. El otro  tenía cubierto el rostro con una media de nylon, portaba una pistola.  Cuando el sacerdote descendió del vehículo, el sujeto que tenía la media de nylon le apuntó con la pistola. En ese instante el padre le dijo: “no lo hagas”. Pero sin inmutarse el sujeto, disparó contra el sacerdote, ocasionándole la muerte.

Los subversivos dejaron en libertad a Gilberto Avalos y Orlando Orué, que acompañaban al religioso, así como a la mujer que el padre había recogido en el camino indicándoles: “esto no es con ustedes sino con los curas”.

Informe CVR páginas 527-528.

Los tres sacerdotes se convirtieron en los primeros beatos por martirio en la historia de Perú.

 

 

 

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