Es un dicho que advierte la necesidad de tomar una acción que ponga fin a una situación enojosa, pero que implica un riesgo que cualquiera no se atreve a afrontar.
Se debe hacer algo que es muy necesario y conveniente para todos, pero es muy peligroso hacerlo, puede ser fatal para el que lo intente.
El dicho se origina en una fábula en la que un grupo de ratones decide colocarle un cascabel que los alerte cuando se aproxima el felino, todos aplauden la iniciativa, pero nadie se atreve a intentar la operación.
El gato y la campana es una de las muchas fábulas atribuidas al griego Esopo.