Bloquear una solución política califica como traición al país, sostiene un caviar revelando esa característica de quienes con tal de seguir engolosinados con el poder son capaces de vender su alma al diablo, pactar con terroristas, hacer reverencias al Foro, atentar contra los institutos armados, descabezar la policía y aplaudir a quienes desde otros países buscan alinear al Perú con la mafia del socialismo castrista.
Adelantar elecciones no es solución política, al contrario, puede complicar un panorama enredado por quienes usan la violencia para chantajear, para imponer agendas inconstitucionales.
No es solución política exigir que se vayan todos los que ganaron en las urnas, para que vuelvan a tirar los dados y buscar acomodarse como lo hacen desde hace décadas.
Traidores son quienes atacan a policías y militares, traidores son los que disparan contra el orden establecido, traidores son quienes obedecen consignas del Foro de Sao Paulo, del Grupo de Puebla, de López Obrador, de Maduro, de Petro y Evo Morales.
Traidores son aquello que cambian la bandera roja y blanca por trapos de colores que nunca estuvieron a la hora de defender la patria.
Traidores son aquellos que reniegan de una sociedad que busca salir adelante trabajando, de sol a sol y no viven colgados de planillas doradas del Estado o de organismos de fachadas fantasiosas y dinero distante del sueldo mínimo vital.
Traidores son aquellos que 30 años después siguen persiguiendo a policías y militares mientras terminan de sacar de la cárcel a los asesinos que causaron decenas de miles de muertes de quienes rechazaron ideologías anacrónicas.
Adelantar las elecciones es traicionar lo que dice la Constitución y precisan las leyes.
¿Con qué derecho los caviares quieren alterar el cronograma de la democracia?
Otra vez actúan como tontos útiles de la izquierda radical y aparentan no darse cuenta. Eso es traición, figureti caviarón.