Había terminado el primer año en la Escuela Normal, cumplí 18 pero necesitaba 21 para ser adulto, quería viajar, no tenía dinero y me agencié un salvoconducto en la prefectura que me permitía cruzar la frontera. Edgard López D’ilerva me prestó una mochila y años más tarde seríamos compañeros de trabajo en Correo.
Se había puesto de moda el viaje “a dedo”, “auto stop” decían los gringos y el documento me sirvió para llegar a Arica, pero ahí apenas comenzó un tour que me llevó por todo Chile.
Y yo la deje
Sola frente al mar
Bajo el cielo azul
De Puerto Montt
Me enteré que la letra original hablaba de Puerto Amor y la cambiaron para congraciarse con el público. Demoré más de un mes en recorrer los 3,065 km. debido a la hospitalidad de gente amable que me retuvo en Iquique, Santiago, Rancagua, Los Ángeles, Concepción y Valdivia, a la ida. Mientras que al regreso volví a disfrutar de la capital Santiago y estuve en Valparaíso y Antofagasta.
Encontré una ciudad de tamaño similar a Tacna, con un paisaje espectacular por la belleza de su mar y arquitectura con rasgos de la colonización alemana, que se produjo a mediados del siglo XIX, promovida por el presidente Manuel Montt.
Manuel Francisco Antonio Julián Montt Torres presidió Chile entre 1851 y 1861 y fue uno de los artífices de convertir esa ex colonia en una república capitalista, como lo es hasta este año. El viaje me ayudó a decidir. Meditar es lo que mejor puedes hacer cuando como ahora paso horas, días y semanas observando a mi alrededor, conociendo otros tiempos, respirando otros aires, disfrutando otros mañanas. Dejé los estudios de pedagogía para dedicarme de cuerpo y alma al periodismo.PUERTO MONTT
Silencio sin piedad
Encontraré al volver
Más en la soledad
Su voz me gritará
No, no te vayas de mi