Es dudar, desconfiar, pendiente de verificar. El origen del dicho tiene que ver con los orígenes de los juicios y significaba que el asunto no se resolvía mientras no concluyan diligencias previas.
Este dicho hace referencia a un proceso de evaluación crítica que invita a examinar la validez de afirmaciones, decisiones o creencias. Su origen radica en las prácticas judiciales, donde un asunto no se consideraba resuelto hasta que se completaran todas las diligencias pertinentes.
Este concepto es esencial ya que sugiere la importancia de la evidencia y la argumentación sólida antes de aceptar cualquier afirmación como verdadera.
Al poner algo en tela de juicio, se activa un mecanismo de vigilancia intelectual que promueve el pensamiento crítico y la búsqueda de la verdad.