Seguro estabas pensando en las musarañas, me dijo al terminar un programa de conversación que conducíamos y es que una pequeña distracción se puede convertir en un silencio, un bache en un programa radial.
Tuve una compañera muy agradable en la conducción de programas radiales, la hermana Ruth que se hacía la molesta cuando la llamaba Sor Ruth y después reía.
Era muy ágil en sus respuestas y se divertía cuando los hermanos menores le encontraron un parecido con la abuelita de Piolín. Ruth peina sus canas en un moño parecido al personaje de las historietas infantiles y sus faldas largas son de uso común en la iglesia.
Ella se acordó de las musarañas que tantas veces había escuchado mencionar, sin saber exactamente de qué se trataba, quiénes eran las famosas musarañas.
Son animalitos muy pequeños, miden entre 3 y 5 centímetros pueden pesar hasta 100 gramos, parecidos a las ratas, no son roedores, más bien son parientes de los topos, con hocico en punta y se alimentan principalmente de insectos.
No las vemos debido a que viven en lugares inaccesibles, escondidas bajo tierra, no transitan por donde hay personas, pero andan por ahí, tal vez sea esa la razón por la que algunos se distraen pensando en esos animalitos que jamás veremos.
Por eso en el Quijoje, en algún momento(cap 33) Sancho dice “Soy perro viejo… y sé despabilarme a sus tiempos, y no consiento que me anden musarañas ante los ojos”.