Publiqué esta misma nota hace un año. Un promedio de 50 personas moría diariamente en el Perú en los últimos meses del 2020, víctimas del coronavirus, pero el promedio se ha elevado en los últimos días a 75 y este año, más que en ningún otro, veo ese viejo gordo de barba blanca y traje rojo en las esquinas, en los centros comerciales y mercados y hay quienes afirman que no existe.
No existe, como la Estrella de Belén, pero nos acompaña en la fiesta de los regalos, la cena familiar y los fuegos artificiales. No hay manera de quitarlo de la Navidad, como los arbolitos con luces brillantes, panetón italiano y chocolate.
Igual que el día del periodista, del padre y de la madre, del maestro y de la enfermera, del policía y del médico, no hay nada que celebrar este año cuando mueren más que en la guerra del Pacífico y terrorismo juntos.
¿Quién le quita a la gente la ilusión de una fiesta que recuerda el nacimiento de Jesús?, ¿quién se atreve a sacar a Dios de nuestras vidas?, ¿quién puede borrar la historia de la humanidad?
Muchos lo han intentado y fracasaron. Inútil fueron los intentos de Lenin y Stalin en la Unión Soviética; tampoco pudieron los Castro en Cuba, Ortega en Nicaragua, Chávez en Venezuela y Abimael en el Perú.
La Navidad aplasta sus ideologías y doctrinas intolerantes. Velasco intentó nacionalizar el pesebre y le cambió de nombre a Jesús por Manuelito. Los rojos se desesperan y es que el de barba blanca predica la paz y no el odio, obsequia regalos y no expropia, practica el amor y no la guerra.
No hay mucho para festejar, pero el coronavirus tampoco podrá con Papa Noel, aunque tendría que quedarse en su casa por estar entre la población más vulnerable. Tal vez venga vacunado debido a que antes de estar con nosotros habrá visitado países donde aplican la vacuna desde hace semanas.
No dejemos que la pena y la tristeza empañe la Navidad. Los niños tienen derecho a la ilusión y la fantasía, es una fiesta infantil y dejemos que se diviertan. A los viejos nos tocará el Año Nuevo para cambiar y olvidar nuestras penas. No olvidemos la distancia, la mascarilla y agua con jabón. Y este año debemos agregar la sugerencia para cumplir con vacunarse, es gratis, nadie ha muerto en el Perú por la vacuna, al contrario, hay gente que muere por no haberse vacunado.