Decimos que alguien no tiene vela en este entierro cuando aquella persona pretende inmiscuirse en una discusión o asunto en el que nada tiene que ver.
No faltan personas que gustan involucrarse en asuntos que no les competen, no los afectan, no debieran interesarles, sin embargo, de pronto aparecen, opinan, discuten y hasta intentan y logran imponer sus opiniones, entonces no faltará quien le advierta que no tienes vela en este entierro.
El dicho proviene de una antigua costumbre de los familiares de los difuntos de entregar velas encendidas a las personas que acudían a los velorios.
Solo los familiares o personas más allegadas recibían estas velas, de modo que si se presentaba algún extraño lo más probable era que no recibiera una de estas velas.
Es a partir de esta costumbre que se emplea el vocablo velorio o velatorio, aunque las reuniones con velas encendidas se acostumbraban para celebrar todo tipo de actividades comunales, vecinales.