Es intransigente, inflexible, terco, testarudo, difícilmente dará su brazo a torcer, no va a cambiar de opinión, se mantiene en su línea.
Nada tiene que ver este dicho con el sacramento del matrimonio, solo quiere dar a entender que se trata de una persona que no está dispuesta a ceder en sus obligaciones, hará cumplir la norma cueste lo que cueste.
Jamás dejará que influyan consideraciones familiares o de amistad, hará lo que tenga que hacer, aunque a nadie guste su decisión.
Es un dicho que debe estar colgado en la puerta de todo juzgado, es garantía de imparcialidad.
No se casa con nadie el policía implacable que hará respetar la ley contra viento y marea, contra la opinión del público, contra la pifia de las barras bravas.
No está a favor ni en contra, hace lo que tiene que hacer y punto.