Los titulares de los diarios ya no traen noticias, publican opiniones y han perdido por completo lo que se supone es la esencia del periodismo dijo ayer un familiar en el almuerzo y tiene mucha razón.
Últimamente, más que de costumbre, se les ha dado por abrir sus primeras páginas, sus principales títulos, con palabras que lejos de brindar información sobre acontecimientos de interés general brindan opiniones a favor o en contra de determinadas acciones u omisiones del gobierno, de los poderes públicos.
Se ha ido perdiendo la objetividad que durante buen tiempo se señalaba como característica del buen periodismo para dar paso a corrientes modernas que privilegian la posición siempre subjetiva de los dueños o personas que dirigen esos medios.
Más grave aún resulta la publicación de encuestas a las que dan categoría de verdad indiscutible y en torno a ellas desarrollan análisis y comentarios con el propósito de corroborar eso que en el fondo sigue siendo más de lo mismo, opiniones.
Gran parte de los medos de comunicación sufren la distorsión que resulta de hacer prevalecer el derecho a ejercer la libertad hasta del más inexperto y neófito de los reporteros, sacrificando en el camino la objetividad y la obligación de buscar siempre la verdad, sin ideas preconcebidas, sin metas predeterminadas.
Y otro de los graves resultados de este periodismo irresponsable es un producto esquizofrénico con graves trastornos de la realidad política, económica y social del país. Interpretan lo que sucede de una manera anormal y contradictoria.
Con el salto del plomo a lo digital se fue perdiendo en el camino la participación de los correctores, de periodistas mayores, con más oficio, para dar paso a la difusión de cualquier versión, todas valen, estuvieron en la cancha.
Mucho tiene que ver en todo esto la búsqueda del menor costo, la decisión de jefes improvisados, el cumplimiento de obligaciones comerciales y la lectura equivocada de los acontecimientos.
Creemos que estamos accediendo a las últimas noticias cuando lo que nos venden generalmente son sus opiniones.