Las palabras son herramientas que utilizamos para expresar ideas, emociones y pensamientos. Sin embargo, su significado puede variar según el contexto, la entonación y la percepción del receptor.
La interpretación errónea puede surgir por múltiples razones: diferencias culturales, experiencias personales previas o el estado emocional de la persona al recibir un mensaje. Por ejemplo, una frase dicha en tono humorístico puede ser percibida como ofensiva si quien escucha está en un estado de ánimo susceptible.
El primero en decir no hay palabra mal dicha sino mal interpretada fue Alonso López, más conocido como «López Pinciano» uno de los humanistas españoles más insignes del siglo XVI. La “Filosofía antigua poética” es su obra más famosa, un tratado pedagógico de poética dividido en epístolas. Sigue a Aristóteles en su Poética y Retórica y secundariamente a Horacio. Las cartas relatan diálogos sobre la felicidad, la poesía, la doctrina, la tragedia, la comedia, etc.