Un amigo me contaba lo difícil que le resultaba hablar con alguien importante dentro del gobierno, parece que todos son sordos, me dijo. No hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oir, respondí.
El problema de la inseguridad ciudadana, por ejemplo, es algo que tiene al país en vilo, en suspenso, asustados, temerosos de ser asaltados o asesinados. Mientras el gobierno no hace nada por cambiar esta situación, no hay decisión política, es ineficiente.
Le dicen a la gente del gobierno que acabe con el sangrado de Petroperú, pero no escuchan, insisten en gastar miles de millones en una empresa quebrada.
La mitad de la población padece hambre, crecen los niveles de pobreza extrema pero el ministro dice que los que no comen son los ociosos.
El sistema electoral está infiltrado por intereses ocultos, pero no hacen nada por corregir aquello que se denuncia desde hace varios años.
Mateo 13:13 “Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden” .