Da a entender que todo lo que hace tiene un propósito determinado, no hace nada si es que no obtendrá algún beneficio, siempre persigue una utilidad, algún provecho personal.
Algún funcionario público no da puntada sin hilo. Es como el millonario que contrata al jugador de fútbol para llevar más gente al estadio y conseguir más votos para su campaña electoral.
No dan puntada sin hilo significa que detrás de cada acción hay una segunda intención que pretende algún beneficio personal, a veces oculto.
Detrás de cada acción social generalmente se esconde algún interés, por más deprendido que pueda parecer el asunto y es lo que suele observarse especialmente en acciones benéficas o programas de ayuda social.
Sucede muchas veces con las organizaciones no gubernamentales ONG que muestran una etiqueta muy distinta a los verdaderos propósitos que enuncian.
Difícil resulta entonces encontrar gente, instituciones o empresas dando puntadas sin hilo. La vida es así.
Lo contrario, una puntada sin hilo, es como un paso en falso, una acción inservible, una pérdida de tiempo, un gesto inútil.
Nadie da puntadas sin hilo, no tienen sentido.