No es un buen chifa si al final de la cena no sirven naranjas chinas, muy dulces y también ácidas, que son recomendadas para acompañar el té jazmín.
Sin embargo, cuando alguien dice naranjas chinas, lo que está diciendo de manera muy diplomática es un rotundo NO.
Naranjas chinas dicen cuando prefieren preservar una buena relación, pero se ven en la obligación de negar algo que le están pidiendo.
Las naranjas chinas son iguales a las naranjas que conocemos, de jugo o de mesa, pero mucho más pequeñas y en las cocinas chinas las preparan con almíbar para ese postre delicioso.
El origen del dicho alude a la incredulidad de los españoles ante la posibilidad de importar naranjas frescas y en buen estado, desde un país tan lejano como China