Emigrar suele ser, para muchos, la mejor forma de alcanzar las metas personales o profesionales que persigue y es fuera de su terruño donde es muy probable las pueda lograr.
Son las ideas preconcebidas, instaladas por el tiempo y los prejuicios las barreras infranqueables para quienes persigue el éxito.
Se ven obligados a abandonar el lugar donde se criaron para que, en otros lugares, tomen en serio sus ideas, propuestas o realizaciones.
Músicos, pintores, cantantes y escultores comparten el éxito con políticos y empresarios que pudieron conseguir sus objetivos gracias al destierro voluntario y aventurero que ofrece la migración.
Jesús regresó a su pueblo, leyó las escrituras en la sinagoga, como de costumbre, y anunció su cumplimiento. Los asistentes, que lo conocían desde pequeño, tomaron sus palabras como una herejía y lo llevaron afuera para tirarlo al despeñadero. San Lucas 4:24 «de cierto os digo, que ningún profeta es aceptado en su tierra».