Hasta principios de los 80 había en el Perú tres cadenas nacionales de televisión: Tv Nacional (7), Panamericana(5) y América (4) hasta que de manera casi simultánea aparecen en 1983 las nuevas señales de Frecuencia Latina(2) y Andina de Televisión(9).
Al comienzo no representaban mayor preocupación para quienes dominaban el mercado, pero la inercia se rompió con una noticia que marcó un hito en la historia de los noticieros de tv en el Perú.
Fue la transmisión “en vivo y en directo” el 27 de marzo de 1984, del motín en el penal “El sexto”, ubicado en la cuadra 13 de la avenida Alfonso Ugarte, cercano a un edificio donde funcionan las oficinas de la empresa de telecomunicaciones.
La competencia por quien llegaba a transmitir primero cada uno de los incidentes protagonizados por los reclusos, se convirtió en una carrera que acabó el momento que Canal 9 pudo hacerlo en vivo y en directo. El país entero quedó conectado durante varias horas a esta nueva señal de televisión que daba muestras de avanzada tecnología.
Sergio Mancusi logró la proeza luego de usar una camioneta para trasladar un largo cable que conectó por un lado a la cámara ubicada en el colegio Guadalupe, desde donde se observaba la acción de los amotinados y el otro extremo a las instalaciones de la empresa de telecomunicaciones.
Eso permitió comenzar a transmitir en directo lo que ocurría en el penal, sin contar con un equipo portátil de microondas. Distintos reporteros y camarógrafos se fueron turnando durante el día y parte de la noche, cuando sofocaron el motín.
Paula Gunther, Viviana Ausejo, Vivian Goycochea, Eduardo Guzmán, César Rojas, Carlos Chuman y Verónica Bavestrello son algunos nombres que recuerdo de reporteros que asumieron el liderazgo en la transmisión de noticias.
El Noticiero del 9 se posesionó como el más sintonizado y así permaneció durante varios años, debido también al mejor aprovechamiento de los equipos de edición que permiten insertos de audio e imagen en un tiempo cuando solo se editaba por corte.
Veinte muertos y 40 heridos fue el saldo trágico del motín que desencadenó también el cierre definitivo de ese establecimiento penitenciario, hoy cuartel policial.