Educador, periodista y poeta tacneño tenía 35 años de edad cuando estalló la guerra con Chile, por lo que le tocó pelear en la Batalla del Campo de la Alianza.
Fue uno de los numerosos críticos que tuvo Lizardo Montero por su papel durante el conflicto, razón por la que sufrió persecución y cárcel en la isla de Taquile, una de las islas del lago Titicaca, más bellas del mundo.
Amante de la verdad no dudó en denunciar aquello que le pareció incorrecto y se dio tiempo para componer bellos poemas, de largo aliento, por lo que es considerado el patriarca de las letras tacneñas.
Cuando solitario y pobre,
y enfermo y sin esperanza,
con mis cabellos ya canos,
volví a mi perdida patria,
nadie salió a recibirme,
ni me lanzó una mirada,
ni me dijo: ¡al fin te vemos!
Ni uno me dijo: ¡te esperaba!
¡Ay! No hubo brazos queridos
que amorosos me estrecharan.
Al verme, de negras nubes
el cielo cubierto estaba,
y desierta y en escombros
la casita de mi infancia
ya mi padre no existía,
ni mi madre idolatrada,
ni mis huérfanos hermanos,
ni mis hijitos del alma.
Fue prefecto de Tarapacá hasta 1876, Tesorero Fiscal en Iquique y diputado suplente por Tarata. También fue uno de los fundadores del diario El Comercio, director del diario “La voz del Sur” y en “Hojas en Proceso” narra la Batalla de Tarapacá, biografía de Alfonso Ugarte, Historia del Himno a Tacna y el poema “Reliquia de los Héroes” en honor a los que defendieron Tacna y Arica. Falleció el 29 de abril de 1925.