Significa que no debemos de pronunciar palabras ni frases que puedan resultar incómodas para alguno de los que participa en la conversación.
Existen hechos tristes, incómodos o violentos que conviene mejor no mencionar, para evitar disgustos o recuerdos desagradables.
—¡Tan en hora mala supiste vos rebuznar, Sancho! ¿Y dónde hallaste vos ser bueno el nombrar la soga en casa del ahorcado? A música de rebuznos, ¿qué contrapunto se había de llevar sino de varapalos? Y dad gracias a Dios, Sancho, que ya que os santiguaron con un palo, no os hicieron el per signum crucis con un alfanje. (El Quijote)