Cuando el dolor intenso ya no puede ser controlado con ninguna medicina, las inyecciones y pastillas ya no surten efecto y el cuerpo rechaza estos tóxicos, las molestias conducen a la búsqueda de soluciones alternativas como la acupuntura en la medicina china o en los curanderos y chamanes, algunos de los cuales efectivamente son herederos del conocimiento que nuestros antepasados tenían sobre el uso de las hierbas y otros productos de la naturaleza, para buscar alivio a diversas enfermedades.
Desde muy temprano, en las mañanas, se forman largas colas junto a “Emolientes Virgen de la Puerta”, en la plazuela Pinillos, en la segunda cuadra de la avenida Moche (Trujillo), donde Félix Esquivel Leonardo, discípulo del desaparecido Don Pablito Villacorta, atiende a sus parroquianos con la misma alegría que cuando comenzó hace 20 años en una sencilla carretilla. De cabellos muy cortos y con una saludable corpulencia, transmite esperanza a quienes temerosos buscan salud en un vaso de ese elixir mágico.
El establecimiento semeja al de una o heladería o juguería. Recipientes algunos de acero y otros de plástico, conservan líquidos de distintos colores y sabores, desde el transparente, incoloro e insípido, semejante al agua, hasta el negro tinto. Algunos son fríos y otros están humeantes y hierben permanentemente.
Un dependiente encargado de la caja, donde los pacientes pagan con unas pocas monedas -cuando tienen dinero- es el único que no interviene en la rápida combinación de estos brebajes.
Son infusiones diversas como la de chancapiedra, pelo de choclo, flor de arena, té indio, cáscara de papa, cebada, alfalfa o linaza. La combinación de estos brebajes, en dosis aconsejadas por el maestro Esquivel, consigue el alivio que muchas veces no encuentran en otros lugares.
Pero es muy claro al afirmar que no pretende competir con la ciencia médica. Por el contrario, Félix Esquivel recomienda a todos ellos acudir primero a los doctores, para precisar un buen diagnóstico. El emoliente se convierte entonces en parte del tratamiento. Solamente una parte de la terapia.
En la plazuela Pinillos se encuentra este huamachuquino singular, que vino a Trujillo a los 13 años, para cultivar una ciencia popular que se practicó en estas tierras desde antes de los Incas. El emolientero Esquivel es uno de esos valiosos personajes de mucho éxito en su profesión y al que la sabiduría popular agradece y reconoce con doctorados sin diploma.
Si usted está padeciendo un mal que no puede aliviar, le recomiendo darse una vuelta por la plazuela Pinillos. Ahí es muy posible encuentre como yo, el remedio que tanto estaba buscando.
03-04-2001.