La traición marca la vida de Martín Vizcarra como una característica que lo acompañará hasta la muerte, es su cruz, es el signo que el destino colocó en su frente y que difícilmente podrá borrar debido a ser algo muy difícil de perdonar.
Pedro Pablo Kuczynski tuvo que esperar años para que un juez le permita hablar algo que arañaba su mente cada día y sabía tendría que denunciar en algún momento, debido a que lo castigaba todo el tiempo, como una herida que no quiere cerrar.
El ex presidente dijo ayer que antes de su renuncia confrontó a Martín Vizcarra por sus supuestas reuniones con Keiko. Acusó al también exmandatario de participar en un complot que provocó su renuncia al cargo el 21 marzo de 2018, días antes que el congreso – con mayoría fujimorista – debatiera la segunda moción de vacancia en su contra.
“No tengo nada personal” contra Vizcarra Cornejo, dijo Kuczynski, pero según información que había recibido de inteligencia, tenía la certeza de que el exgobernador regional de Moquegua se habría aliado con la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori.
Kuczynski no es el único que lo califica a Vizcarra de traidor, en los chats de La Botica, donde coordinaban los altos mandos del fujimorismo se refieren a él como “traidor, mentiroso y malnacido”.
Vizcarra postuló con el Apra en el 2006. Diez años después, estuvo en la plancha presidencial de Pedro Pablo Kuczysnki. No frenó las investigaciones en contra del APRA, el partido de su padre.
Cuando Pedro Chávarry quiso tumbarse al Equipo Especial Lava Jato, Vizcarra se puso del lado de estos últimos. Y cuando antiguos aliados suyos, fueron cayendo presos, Vizcarra no hizo nada. No los ayudó.
Mi bebito fiu fiu es una canción que supuestamente aparece en conversaciones de chat del ex presidente con la excandidata al congreso Zully Pinchi (a quien en teoría llamaba su “caramelo de chocolate”), y en sus declaraciones posteriores, donde afirmaba que su familia era para él lo más importante.