En el distrito de Chongos Alto, provincia de Huancayo, departamento de Junín, cuarenta miembros del PCP-SL asesinaron a doce autoridades comunales de los distritos de Chongos Alto y Chicche. El departamento de Junín constituía una zona estratégica para los planes de desarrollo del PCP-SL: por su ubicación geográfica que le convierte en la despensa de la capital, la presencia senderista en este territorio adquirió niveles importantes.
La madrugada del 12 de abril de 1989, apareció en la comunidad de Chongos Alto un ómnibus robado del que descendió un numeroso grupo de senderistas (cuarenta personas, al decir de los declarantes), hombres y mujeres, todos armados y cubiertos de pasamontañas. La columna estaba bajo la dirección de una senderista apelada camarada “Rosa”.
Provistos de una lista, los senderistas procedieron a sacar de sus viviendas a las autoridades comunales, en medio de insultos y malos tratos, les ataron las manos, les golpearon y los condujeron a la plaza principal. Una vez en la plaza y colocados en una situación de absoluta indefensión, los degollaron y balearon, dejando sobre los cadáveres carteles infamantes que decían “Así mueren los perros del Estado”.
Es necesario resaltar como una práctica inhumana la colocación de carteles que indicaban “El que levante este cadáver será asesinado”. El ensañamiento con los cadáveres no solamente viola disposiciones específicas del derecho nacional e internacional, sino que niega elementos esenciales de la cultura humana en todo tiempo y lugar.
Tras la matanza, los senderistas quemaron y dinamitaron el local del Banco de la Nación, la posta médica, el juzgado de paz y el municipio del lugar, ninguno de los cuales podía ser considerado en ninguna forma un blanco militar.
Por último, abordaron nuevamente el ómnibus en que habían llegado y huyeron con dirección a Cercapuquio. Juan Lozano Orihuela, uno de los familiares de las víctimas, recuerda: “empecé a buscar a mi papá, vi que estaba muerto… lo que veía en el parque parecía una carnicería; había mucha sangre y como doce cuerpos tirados como muertos; la gente que estaba alrededor del parque se había escapado por las bombas; en cambio, los familiares de los que estaban allí tirados estaban buscando y llorando, pero no pudimos moverlos todavía si es que no había autoridades”.
Al día siguiente, los cuerpos fueron llevados a la morgue de Huancayo y, por la noche, velados en el local de la Unión Fraternal de Obreros y en las instalaciones del municipio distrital de Chicche. La Comisión de la Verdad y la Reconciliación ha podido establecer, por diversas fuentes, que las doce personas asesinadas fueron Genaro Chanco Ricse, ex gobernador de Chongos Alto; Amadeo “Amacho” Vilcapoma Camposano, presidente de Chongos Alto; Melanio Castillón Ramos o Rondán, vicepresidente de esta comunidad; Julián Porta Tarma; Zósimo Rodríguez Porta; Roque de la Cruz Cerrón; Donato Chagua Sauñe; Elías Orihuela Orihuela; Mario Molina Chávez; Macario Lozano Meza; Vidalón Orihuela Acuña, gobernador de Chicche: y Flores Orihuela Lozano, alcalde de Chicche.
En el presente caso, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación no puede sino deplorar este condenable asesinato, agravado por la premeditación y la sevicia con las que se actuó, en violación del derecho nacional, de la protección más elemental a los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Informe CVR páginas 299 a 301.