Dicen que está más loco que una cabra a la persona que exhibe una conducta extraña, no convencional, con actitudes que llaman la atención y generan escándalo.
Sucede que las cabras, especialmente las más jóvenes, son proclives a dar saltos, corretear y comportarse extremadamente alegres.
Por eso será que llaman cabriolas a las maniobras que realizan los danzantes cuando cruzan en el aire los pies varias veces. Son piruetas, volteretas y volantines que suelen hacer los artistas de circo.
Más loco que una cabra le dicen al individuo que decide algo de manera inusual, sorprendente, poco convencional.
No se trata que la persona ha perdido la razón, sea un orate, demente, tiene una enfermedad mental, simplemente es alguien que a ratos actúa apartado de lo convencional.
Más loco que una cabra decíamos en el colegio al compañero de aula que gustaba cantar a viva voz, gritando, desorejado, más por llamar la atención que por cultivar esa expresión artística.