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miércoles, marzo 12, 2025

MARISCAL JOSÉ DE LA MAR

 

Se trata del curioso caso de un presidente nacido en territorio de Ecuador, en Cuenca, provincia de Quito, el 12 de mayo de 1776, para convertirse en protagonista de la independencia peruana, José Domingo de la Mar y Cortázar.

Comenzó su carrera en las filas del ejército realista, pero finalmente se unió a la causa patriota, desempeñando un papel crucial en la guerra contra el dominio español. Su experiencia en el campo de batalla le otorgó el respeto y la influencia necesaria para ascender a posiciones de poder político tras la victoria patriota.

Fue presidente en dos ocasiones: primero en 1822 como jefe de una Junta Gubernativa y luego como presidente constitucional entre 1827 y 1829. Sus elecciones fueron producto de un proceso democrático que marcó un hito en la historia política del Perú, siendo considerado el primer presidente constitucional legítimo del país. Su gobierno enfrentó inmediatamente desafíos internos y externos que pondrían a prueba su liderazgo y habilidades.

El primer intento de La Mar como presidente fue breve, ya que su mandato coincidió con el período de inestabilidad política que caracterizaba al Perú en esos años. Durante su  gestión, se emitieron reformas que buscaban consolidar la independencia y establecer un gobierno que representara los intereses de la población. Sin embargo, su capacidad para implementar cambios significativos fue limitada por la presión de las fuerzas políticas opuestas.

Regresó a la presidencia con la promesa de establecer un gobierno estable y funcional. Uno de sus logros más destacados fue la promulgación de la Constitución liberal de 1828. Las reformas de su administración se resumen en:
“Primer esbozo de Presupuesto”: El ministro de Hacienda, José de Morales y Ugalde, presentó al Congreso un informe exhaustivo sobre las finanzas públicas, lo que permitió vislumbrar la realidad económica del país. A pesar de los desafíos financieros, se dirigieron recursos significativos hacia la defensa y la marina, esenciales en ese contexto de vulnerabilidad internacional.

“Promulgación de la Constitución de 1828”: Aunque tardó en implementarse debido a un devastador terremoto en Lima, esta constitución abolió instituciones arcaicas y estableció un marco legal que incluía la protección de los derechos individuales y la obligación del gobierno de reportar al Congreso sobre el uso de facultades extraordinarias en situaciones excepcionales.

“Fomento a la educación y la industria” : La constitución también abogaba por el desarrollo de la educación y la promoción industrial, temas que habían quedado relegados en la agenda política anterior.

“Establecimiento de Juntas Departamentales”:  Estas instituciones fueron creadas para atender las demandas de las regiones, reflejando la preocupación de La Mar por equilibrar centralismo y federalismo.

A pesar de estos esfuerzos, La Mar enfrentó una feroz oposición de sus excompañeros de lucha independentista, quienes codiciaban el poder y no dudaron en socavar su legitimidad. Los conflictos políticos y la corrupción minaron su apoyo, haciendo que su gobierno se sintiera cada vez más vulnerable.
La política exterior de La Mar estuvo dominada por las relaciones con la Gran Colombia, cuya existencia se basaba en la unión de varios países sudamericanos bajo la influencia de Simón Bolívar. Enfrentar las ambiciones expansionistas de Bolívar era un reto monumental. La Mar tuvo que manejar las tensiones derivadas de las disputas territoriales y las confrontaciones militares que amenazaban la integridad del país.

Las relaciones entre Perú y Gran Colombia se deterioraron rápidamente debido a diferencias fronterizas y la oposición de La Mar a la influencia bolivariana en la región. La situación se agravó tras la ocupación de Bolivia por parte de tropas peruanas, un movimiento que buscaba erradicar la influencia de Bolívar y consolidar el control sobre ese territorio.

La declaración de guerra de Bolívar el 3 de julio de 1828 llevó a La Mar a movilizar el ejército peruano en un esfuerzo por defender la soberanía nacional. Las campañas militares resultaron en un conflicto desgastante que expuso la fragilidad del estado peruano.

El contexto de inestabilidad interna y las presiones externas llevaron al derrocamiento de La Mar por el general Agustín Gamarra en 1829. La destitución ocurrió en medio de la guerra con la Gran Colombia y dejó a La Mar desterrado a Costa Rica. Su derrota fue seguida de períodos de caos político, lo que subrayó las dificultades inherentes a la construcción de un estado nacional en un contexto de fragmentación regional y rivalidades internas.

Su muerte el 11 de octubre de 1830, marcada por la melancolía y el desarraigo, simboliza la triste realidad de muchos próceres de la independencia que, tras luchar por la libertad, encontraron en la política un entorno hostil y traicionero.

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