Es un dicho que recomienda tratar las discrepancias en la privacidad de las familias, no hacer públicas la críticas y diferencias entre parientes.
No debe darse oportunidad a extraños a que intervengan en asuntos que son competencia única y exclusivamente de los miembros de una familia.
Se originó hace muchos años, cuando en algunos pueblos de España no había agua en las casas y las mujeres tenían que lavar la ropa en lavaderos públicos. Allí, la ropa lavada quedaba a la vista de todos del pueblo.
En sentido figurado, «los trapos sucios» se refiere a los errores, faltas, defectos o aspectos negativos de la vida privada de una persona o de una familia