Es un dicho que revela que las cosas están yendo mal, de manera muy distinta a como se imaginaba.
Va a ser un mal día, de sucesos desafortunados, piña.
Suele ocurrir que tras un hecho infeliz sucede otro y así puede seguir sucediendo y se convierte en un día aciago, infausto.
Los antiguos romanos creían que todo lo que estaba relacionado con la izquierda representaba el mal y la mala suerte. Por lo tanto, no querían entrar a ningún lugar pisando con el pie izquierdo. Con el correr de los años, esta frase se volvió popular en las nuevas civilizaciones (Google)