El estribillo que repetían Paul y John, que cantaban los Beatles, que sonaba en la radio y el poco inglés que pudimos aprender nos alejó del contenido de un mensaje que es el que quiso dejarnos el poeta y sobre el que corresponde detenernos un momento.
Let it be, let it be, let it be, let it be, era la invocación para que los dejemos ser fue compuesta por Paul McCartney y firmada junto con Lennon, que seguramente contribuyó en el arreglo musical lanzado como sencillo en marzo de 1970.
La letra, también sabemos, contiene mucho más que eso y es el permanente recuerdo a una persona que lo acompaña siempre en los momentos más difíciles.
“Cuando me encuentro en momentos difíciles, Madre María viene a mí y en mis horas de oscuridad ella está de pie justo delante de mí y cuando todas las personas de corazón roto vivan de acuerdo, en el mundo habrá una respuesta, porque, aunque estén separadas todavía verán que hay una oportunidad, habrá una respuesta y cuando la noche está nublada todavía hay una luz que brilla sobre mí, me despierto al sonido de la música diciendo palabras de sabiduría, déjalo ser, let it be”.
Es una suerte que agradezco disponer del tiempo que siempre tuve y no supe aprovechar, para entender y repasar aquello que estaba escuchando, aunque lejos de poder comprender, pero como dice el refrán, nunca es tarde para hacer el bien y podemos hacer hoy lo que no hicimos ayer.