Les dicen así, lengua larga, a las personas que hablan más de lo debido, dicen cosas que sería preferible callar, cuentan exageradamente aquello que efectivamente pudo haber ocurrido, pero no de esa manera, agrandan los hechos, aumentan las proporciones, inflan la noticia.
Lengua larga son aquellos incapaces de guardar un secreto, de ocultar algo hasta el momento que resulte ser más oportuno, son los que hablan cuando es menester permanecer callados.
Un equipo de futbol se prepara intensamente para enfrentar al rival de toda la vida, se viene el clásico, el entrenador diseña una estrategia para ganar, pero un jugador, entrevistado por la televisión revela detalles de esa estrategia y echa a perder todo lo planificado, es un lengua larga.
Lengua larga es la comentarista de televisión que se inmiscuye en la vida privada de las personas y de manera deliberada e imprudente cuenta, como la peor chismosa, detalles de aquello que no merece ser divulgado.
Lengua larga es aquel que promete más de lo que cumple, como matrimonio, y al final resulta que solamente fueron palabras, juramentos que nunca cumplirá, una lengua útil para la traición.
Aquellos que se atreven a formular acusaciones sin sustento y denuncias sin fundamento también son personajes conocidos como lengua larga.