Es un antiguo dicho que advierte no debemos mezclar la amistad con los negocios. Unas son las cuentas que tienen que ser precisas y transparentes y otro asunto muy diferente el placer de disfrutar de esa bebida caliente.
El cacao es una planta cuyo origen se sitúa en Sudamérica y es a partir de su fruto que se prepara una bebida que subyugó a los conquistadores. Muy pronto se popularizó por toda Europa y aunque los franceses optaron por agregarle bastante leche, en España lo prefieren espeso y caliente.
Es a partir de la difusión de esa bebida que surge el dicho enunciado para evitar perder las amistades cuando se confunden con los asuntos contables y de negocios.