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sábado, noviembre 23, 2024

LA RADIO

La radio era un gran mueble que ocupaba un lugar preferente, adornaba las salas y formaban parte del equipamiento del hogar, aunque la mayoría de las veces, en los más modestos, era un aparato más pequeño de hasta 30 centímetros de alto por 15 ó 20 de ancho.

Sentarse a escuchar la radio era algo que hoy resulta inverosímil. En los años 50 y 60 había momentos que la familia se organizaba y dedicaba a escuchar la radio y años después ver la televisión. Con el tiempo hemos aprendido a hacer muchas cosas mientras escuchamos radio o “vemos” la televisión.

Se encendía por ratos, en las mañanas para las noticias, igual que al mediodía cuando Radio Tacna, de ese gran personaje que fue el ingeniero José Cáceres Bernal, se enlazaba en cadena nacional con alguna emisora de Lima como Radio Victoria.

Estos enlaces no tenían nada parecido a los de hoy, por la cantidad de ruido, interferencias y diversos sonidos que entonces ensuciaban la transmisión y obligaban a “parar las orejas” para entender lo que estaban diciendo.

Al encender estos aparatos había que esperar que calentaran los tubos y después alguien comenzaba a mover el dial en onda corta, larga o media. Mejor era no mover nada para seguir en la emisora que podía ser la misma todo el tiempo.

Los locutores tenían voces especiales, impostadas como cuando habla Toledo, solemne, grave, “radiofónico” y se esmeraban en masticar cada palabra, cada sílaba, pretendiendo que todos comprendan perfectamente lo que estaba diciendo.

Las producciones musicales no cambiaban tan rápidamente como en estos días, de manera que durante años colocaban las mismas guarachas, rancheras, valses y paso dobles, así como esa música romántica que gustaba dedicar, con sentidos poemas, mi amigo y gran periodista Oscar Vargas Romero a una bella muchachita de ojos color del tiempo.

La radio mantiene ese encanto que permite escuchar voces de personas que queremos creer están muy cerca hablando solo con nosotros, aunque nosotros inútilmente les digamos algo a ellos.

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