La pirinola es un juguete tan viejo como andar a pie. Sus orígenes se remontan en la nebulosa del tiempo a momentos cuando la ociosidad y la imaginación se juntaron para idear un entretenimiento.
Es un pequeño trompo que se mueve por acción de los dedos índice y pulgar y al reposar sobre la mesa, muestra una de sus seis caras en las que está dibujada una figura, número o palabra. También existen pirinolas sin ninguna figura, número, ni signo y giran solo por el gusto de verlas bailar.
Es un trompo sin guaraca fue la definición de César de los Heros, en La Tertulia del Chivo, que se reúne nuevamente hoy en casa de Domingo Tamariz Lúcar, para celebrar sus 95 años de edad y otro montón parecido de años dedicados al periodismo. César disputaba ayer con Henry Aragón, Néstor Ikeda, Justo Linares y Hugo Chauca, la oportunidad de llevar a la cita a Celinda Barreto Flores.
Lo que todos sabemos de Domingo es que durante 40 años fue jefe de redacción de Caretas y antes participó en una serie de publicaciones, cuando los periodistas escribían y para comentar debían conocer del tema.
¿Cómo te baila la pirinola? Sigue siendo, por ahí, una suerte de saludo confianzudo entre amigos con ganas de soltar una gracia para dar origen a la conversación.
Hoy, Domingo Tamariz hará girar la pirinola del tiempo para contarle a sus amigos, discípulos de La Tertulia del Chivo, alguna de sus numerosas anécdotas con las que sabe entretener los almuerzos que disfruta en El Epicentro y remata en el café Berisso saboreando un alfajor al pie de la enorme fotografía de Marilyn Monroe.
Por razones de fuerza mayor no los podré acompañar en el desayuno, pero sepan que estoy con ustedes, especialmente con Domingo, en este pequeño pero afectuoso saludo.
¿Cómo te baila la pirinola Domingo? Feliz cumpleaños.