Llamamos centro cívico en Tacna al equivalente a la plaza de armas o plaza mayor de las ciudades fundadas por los españoles. Uno de sus atractivos, que la hacen distinta a las demás, es la pileta con cuatro personajes, dos hombres y dos mujeres, casi desnudos, 
de tamaño natural y de siluetas esculturales.
Caminar alrededor de la pileta y también del arco con las estatuas de Grau y Bolognesi, fue como un deporte para la juventud, cuando no había Netflix ni televisión que nos robara el tiempo.
De tantas vueltas que le dábamos, como musulmanes en la Meca, terminaron por llamarle el tontódromo, una manera saludable de entretenimiento y oportunidad de intercambiar miradas con las muchachas, interesadas en conversar con los ojos.
La pileta o La Fuente a la que canta Luchito Cavagnaro, está ahí desde 10 años antes de la guerra con Chile y fue obsequio del presidente José Balta y Montero, el mismo que se rebeló en Chiclayo contra la constitución de 1867 seguido por Pedro Diez Canseco en Arequipa.
Yo he visto que amorosa, la fuente de mi pueblo
con mágico designio lo bello atesoró.
Despierta tu cantar por la mañana,
refrescas el calor del medio día,
y con la oscuridad tu nos regalas
mil juegos de color y fantasía.
Se trata de esculturas de artista francés Mathurin Moreau y existen varias otras idénticas, hechas con el mismo molde, en una veintena de ciudades de todo el mundo. La firma constructora Eiffel se encargó de traerla a esta ciudad.
Diversas son las opiniones sobre los personajes representados, una de ellas del propio Cavagnaro y el poeta Fredy Gambeta sostiene que son dioses mitológicos marinos. Poseidón, su esposa Anfítrite, Tritón y Nereida.
Recuerdo Rómulo Boluarte Ponce de León siendo alcalde se ocupó de refaccionarla y dar el mantenimiento que demandan joyas que como la pileta constituyen monumentos históricos.
La fuente de mi pueblo está encantada, sigue cantando Lucho y tiene razón, algún encantamiento debe tener para hacer caminar tanta gente a su alrededor.