Argumentan que una palabra, la palabra género, impide que a los niños se les imparta educación sexual y eso es falso. Nadie en su sano juicio se opone a que los niños reciban clases de educación sexual. Lo que los padres de familia no quieren es que reciban una educación sexual ideologizada, sesgada, deformada, equivocada y alejada de la ciencia, de la verdad y de los principios éticos y morales de nuestra sociedad.
La palabra género encierra toda una ideología cuando se refiere a temas sexuales y es que comienza por afirmar que no interesa si naciste hombre o mujer, eso es algo relativo y finalmente puedes optar por el sexo que quieras.
Eso además de ser una enorme mentira, está reñido con la ciencia. Quien nace hombre, crecerá y morirá siendo hombre y todas las cirugías a las que pueda someterse para parecer mujer serán en vano, estéticas.
Cada una de las células del cuerpo humano tiene cromosomas masculinos. Y lo mismo sucede con las mujeres y sus cromosomas femeninos, que no se pueden operar.
La palabra género encierra una ideología, como la palabra comunista, nazi o fascista. Cada una con sus propias tendencias y consecuencias nefastas.Las ideologías persiguen imponer su punto de vista del mundo y su manera de gobernar y rechazan a quienes no comulguen con sus ideas, al extremo de imponerse a sangre y fuego y eliminar adversarios con violencia.
Los crímenes de la ideología de género son mucho peor que el fascismo, nazismo y comunismo juntos. Promueven, entre otras cosas, la legalización del aborto y eso ha traído un brusco descenso en las tasas de natalidad en todos los países en los que finalmente se impuso por presión de las Naciones Unidas.
La ideología de género, promotora del aborto, matrimonio homosexual, eutanasia, legalización del consumo de drogas y destrucción del matrimonio, son algunos de los diversos aspectos por los que resulta nefasta para la humanidad.
Los padres de familia reclaman educación sexual basada en la ciencia y la verdad, con valores morales. El ejercicio promiscuo de la sexualidad no es un valor ético y moral y promover las relaciones sexuales entre escolares no es avance en ninguna sociedad, al contrario, es retroceso.