La madre del cordero es un dicho tan antiguo como la existencia de los corderos en la tierra, tal vez los primeros animales domesticados con fines comerciales. Cuando decimos la madre del cordero nos referimos al origen de algo que nos estaba inquietando, queremos dar a entender que descubrimos cuál es la causa que origina esta situación, la verdad que se esconde en el fondo del asunto.
Decimos esa es la madre del cordero para dar a entender, de manera irrefutable, como comenzó todo el tema, el problema, el hecho o interés que desencadenó aquello que estamos investigando.
El cordero es un animal y su carne es la preferida en las mesas de muchas partes del mundo, comenzando por mi tierra donde apreciamos el sabor inconfundible del cordero de Candarave, provincia ubicada en las alturas de Tacna.
Esteban Mamani Ordoñez, secretario de organización del frente por la defensa del territorio y agua de Tacna es un experto en corderos candaraveños.
El origen del dicho seguramente se remonta a miles de años antes de Cristo y tiene que ver con el valor que en todas las culturas le damos a la madre, como origen de todo. La madre patria, la madre tierra y…la madre del cordero, la causa primigenia de todo lo demás.
La madre del cordero en el asunto minero en el Perú tiene que ver con el anti extractivismo patrocinado por quienes se autoproclaman impúdicamente progresistas.
Extractivismo es definido por Lucrecia Soledad Wagner como “la explotación de grandes volúmenes de recursos naturales que se exportan como commodities y generan economías de enclave (petróleo, minas, cultivos de soya o palma aceitera). Requiere de grandes inversiones de capital, generalmente corporaciones transnacionales. Genera el desplazamiento de otras formas de producción con impacto negativo para el ambiente y poblaciones locales”.
“La estructuración actual (del capitalismo) deviene en la agudización extrema de las desigualdades sociales, que los límites ecológicos son ostensibles e inciden en la producción y en la vida misma de los seres humanos, y, en la que se manifiesta entre los estados nacionales, -propietarios de buena parte de las materias primas esenciales-, y las grandes corporaciones transnacionales” (Documento Base del XXV Encuentro del Foro de Sao Paulo).
“Este modelo basado en un enfoque de género y diferenciado que proponemos como la hoja de ruta del progresismo latinoamericano y caribeño con miras al abandono definitivo del anacrónico modelo neoliberal. Este último con su vocación extractivista ha dejado efectos difícilmente reversibles sobre el medioambiente, ha significado alarmantes niveles de concentración de riqueza que nos convierten en la zona más desigual del planeta, ha atrofiado los circuitos de distribución” (Grupo de Puebla).