Es un dicho antiguo que con distintas palabras expresan lo mismo, la hija de la cabra, qué ha de ser sino cabrita, se usa para insinuar que las conductas de las personas suelen ser aprendidas de los padres, se copian, se aprenden.
De interpretarse literalmente insinuaría algo hereditario que sin embargo no lo es, se trata de costumbres, maneras de actuar que las hijas aprenden de sus madres.
Sabemos perfectamente que se trata de algo que no es genético pero el dicho da a entender que los hijos heredan cualidades y defectos de los padres, inclinaciones hacia determinada actividad.
Suele ocurrir que de madre costurera, hija costurera; madre profesora, hija profesora; madre comerciante, hija comerciante, etc.
Los hijos son reflejo de sus padres, inconscientemente imitan sus gestos, acciones, la manera de hablar y de relacionarse con las demás personas.