“Seúl (CNN) Al compartir su edad con extranjeros, los surcoreanos suelen dar dos números: su «edad internacional», o la cantidad de años desde que nacieron, y su «edad coreana», que podría ser uno, o incluso dos años mayor.
En Corea del Sur, se considera que los bebés tienen un año de edad el día en que nacen. El sistema de edad coreano tiene sus raíces en China. El idioma chino y el sistema de escritura se utilizaron ampliamente en Corea e influyeron en el desarrollo del coreano moderno.
En chino, la edad se escribe tradicionalmente en un sistema ordinal, comenzando con uno. Lo mismo en coreano. Se dice que un bebé está en su primer año, o han sal, al nacer, y el 31 de diciembre entra en su segundo año, du sal. Cuando se expresa en otro idioma, han sal se convierte en «un año de edad», creando confusión”.
María de los Milagros Jackeline Jáuregui Martínez de Aguayo propuso un proyecto para reconocer al concebido el derecho a la vida y respeto a su dignidad debido a que se encuentra amenazado por el “derecho a decidir” que incluyen en los llamados derechos sexuales y reproductivos. No hay nada que justifique que una madre opte por la muerte de su propio hijo.
La constitución vigente en su artículo 2 consagra que toda persona tiene derecho a la vida, a su identidad, a su integridad moral, síquica y física y a su libre desarrollo y bienestar y que el concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece. En cambio, el código civil distingue entre concebido y persona humana, contradiciendo lo establecido en la constitución.
Debemos reconocer al concebido como lo que es, reclama Aguayo, persona humana por nacer, que goza de su propia identidad, identidad genética única, irrepetible y personalidad independiente a la de su madre.
Y nuestra verdadera edad, coreanos aparte, cuenta desde la concepción.