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sábado, noviembre 23, 2024

LA CRISIS VISTA DESDE EL EXTERIOR

Por Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara

Sociólogo, MBA Marketing

La opinión desde el exterior sobre la crisis política en Perú depende en gran medida de las acciones tomadas por el gobierno actual de la presidenta Dina Boluarte y su primer ministro, y de las medidas legislativas del Congreso de la República del Perú y otros actores políticos, así como la evaluación de la estabilidad institucional y la capacidad para resolver los desafíos.

La diáspora peruana en el exterior también está influenciada por la crisis política en nuestro país de origen. Las comunidades peruanas nos sentimos afectados por los asuntos políticos y económicos. La percepción de la estabilidad política e institucional es crucial. La comunidad peruana percibe que las instituciones democráticas se están debilitando o que hay una falta de estabilidad, que genera preocupación.

Es cierto que una crisis política prolongada y no gestionada adecuadamente puede tener consecuencias devastadoras para el Perú, tanto en términos políticos como económicos.

Las consecuencias negativas son la inestabilidad política; la falta de estabilidad política ha generado un clima de incertidumbre que afecta la toma de decisiones gubernamentales, empresariales e individuales. La inestabilidad política ha provocado un deterioro de la confianza en las instituciones, lo que a su vez afecta la inversión y el crecimiento económico. La incertidumbre política se traduce en un declive económico. La falta de confianza de los inversionistas y la población en general puede llevar a la fuga de capitales, la disminución de la inversión extranjera y la contracción de la actividad económica. Estos son algunos de los indicadores:

· El deterioro económico ha resultado en un aumento del desempleo y la pobreza. Las empresas pueden cerrar, y los ciudadanos pueden perder empleos, lo que lleva a un aumento de la desigualdad y la inseguridad económica.

· La falta de recursos financieros y la inestabilidad política afecta la capacidad del gobierno para proporcionar servicios esenciales, como educación, salud y seguridad. Esto tiene un impacto directo en la calidad de vida de la población.

· La persistencia de la crisis política debilita las instituciones democráticas. La falta de confianza en el sistema ha llevado a la deslegitimación de las instituciones democráticas y, en casos extremos, incluso a la erosión de la democracia misma.

· La polarización política y social, exacerbada por la crisis, puede dar lugar a conflictos internos. Protestas, disturbios y tensiones sociales pueden aumentar, lo que agrava aún más la situación.

La crisis política y de gobernabilidad nos llevara al aislamiento internacional. La comunidad internacional podría reaccionar negativamente, imponiendo sanciones o reduciendo la cooperación, lo que complica aún más la recuperación.

En situaciones de crisis prolongada, estudiantes y profesionales buscan oportunidades en otros lugares, lo que puede llevar a una fuga de cerebros y debilitar la capacidad del país para recuperarse.

Si la crisis política y de gobernabilidad no se resuelve de manera efectiva, puede erosionar la confianza en el sistema democrático en sí mismo. Esto podría abrir la puerta a la aceptación de formas de gobierno autoritarios o no democráticas. Un gobierno de transición puede ser la salida a la crisis de gobernabilidad con figuras notables y respetadas por la sociedad. Estos líderes deben ser vistos como imparciales, capaces y comprometidos con la reconstrucción y la restauración de la confianza pública.

Miami, diciembre, 2023.

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