Lo conocemos simplemente como Torre Tagle. Nació en Lima el 21 de marzo de 1779, dentro de la aristocracia criolla peruana. Hijo de José Manuel de Tagle e Isásaga, tercer marqués de Torre Tagle, y Josefa de las Mercedes Portocarrero y Zamudio, heredero de un título nobiliario y de notable fortuna.
Estudió en el Real Convictorio de San Carlos y la Universidad de San Marcos, asuntos administrativos y militares. Estuvo en el Regimiento de Dragones y fue alcalde de Lima entre 1811 y 1812 donde comenzó a promover oposición hacia el dominio español.
Tagle viajó a España y eso marcó aún más su compromiso con la causa de la independencia. Fue intendente de Trujillo y se unió abiertamente a la lucha por la independencia al proclamarla el 29 de diciembre de 1820 en esa ciudad. El acto significó su total rompimiento con España.
Cuando se estableció el Protectorado de José de San Martín, le fueron encargados diversos puestos públicos y gracias a su experiencia en manejos administrativos llegó a ser designado Supremo Delegado, en momentos de transición crítica para el país. Allí demostró su habilidad en el manejo de los temas logísticos y simbólicos, como la renovación del diseño de la bandera nacional peruana.
La presidencia de Torre Tagle comprendió el periodo entre 1822 y 1824. Fue nombrado presidente tras el derrocamiento de la Suprema Junta Gubernativa, aunque limitado por las tensiones entre diversas facciones políticas y por la presencia influyente de Bolívar, quien ejercía el poder militar. Torre Tagle, aunque en teoría poseía el cargo presidencial, las circunstancias le impedían el cabal ejercicio de esa función. Hubo conspiraciones que finalmente lo apartaron del cargo en febrero de 1824.
Tras su caída del poder, se refugió en la Fortaleza del Real Felipe, un símbolo tanto de resistencia como de lealtad a la causa realista, pero fracasó, Al contrario, motivó que Bolívar asuma una posición de dictador absoluto y se negó a cualquier intento de negoción. Tagle tuvo que abandonar Lima, pero antes volteó su posición y juró lealtad al Rey de España.
Por último, su vida acabó en el escenario que el mismo había escogido, la Fortaleza del Real Felipe, donde contrajo escorbuto.
El legado de Torre Tagle es complicado, fue bisagra entre dos mundos: el de la aristocracia colonial y las nuevas aspiraciones republicanas. Padeció las tensiones de un momento de la historia plagado de conspiraciones, a veces incomprensibles, con intereses personales y grupales, Fue el reflejo de una sociedad convulsa, agitada y en permanente transformación.
Esos últimos y fatales movimientos políticos lo complicaron con una imagen de traidor, pero nadie puede negar el rol que le tocó desempeñar en favor de la causa de la independencia nacional. Siempre será recordado por la creación de la nueva bandera nacional y su destacada participación en la proclamación de la independencia.
Durante el breve periodo que le tocó ocupar la presidencia, reinstaló el Congreso que había sido disuelto por su antecesor José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete (6 de agosto de 1823).
De acuerdo con el congreso aprobó se concediera a Bolívar autoridad militar y política en todo el territorio de la República, con gran amplitud de poderes, bajo la denominación de Libertador. Fue el principio del fin de su gestión.
Y merece ser destacada la promulgación de la Constitución liberal de 1823, la primera que tuvo el Perú. Estaba dividida en tres secciones consagradas a la nación peruana, el territorio, la religión y la ciudadanía; a la forma de gobierno y los poderes que lo integraban; y a los medios de conservar el gobierno.