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sábado, noviembre 23, 2024

IGLESIAS DAN EL EJEMPLO

 

Por Antero Flores-Araoz

Las Iglesias y Credos con presencia en el Perú, nos han dado un significativo ejemplo, al emitir un comunicado interreligioso conjunto el pasado 22 de diciembre, que demuestra que es posible el diálogo al igual que ponerse de acuerdo, por más diferencias iniciales que pudiesen existir.

El importantísimo pronunciamiento eclesial ha pasado desapercibido, la prensa no lo ha difundido pese a su significación, pocos lo conocen y aún menos lo han comentado.

Son casi 20 las diversas organizaciones religiosas y comunidades de fe dialogantes, en que hay obispos, rabinos, imanes, pastores, jeques y otros líderes religiosos firmantes del comunicado, pese a que hay iglesias cuyo origen fue la escisión de otras más antiguas, lo que podría dificultar sus acuerdos. Pues no, fueron capaces de superar antiguas diferencias y unirse en diálogo fraterno bajo la sola motivación del “…amor al Perú”.

Al ver lo señalado, la lógica reacción es preguntarnos, ¿cuál es el motivo que agrupaciones políticas afines y de centro, no sean capaces también de dialogar y llegar a acuerdos por el bien de la gobernabilidad de nuestra patria?

Si tenemos el mismo propósito de convivir en un país con desarrollo, oportunidades, mejores condiciones de vida y un futuro promisor; las diferencias, falta de diálogo y de consensos solo se debe a la existencia de egos e intereses subalternos que deben superarse, ya que seguir enfrentados les facilita el camino a los violentistas y a los ávidos de poder para propio beneficio o para que emerjan concepciones políticas ya fracasadas en otras latitudes.

El comunicado en cuestión nos recuerda que “todos compartimos la misma dignidad y la misma peruanidad”, llamándonos a “buscar a través del diálogo franco y sincero, salidas verdaderamente democráticas” ante la “dura crisis social y política, que no es de hoy,…… además del difícil momento que vive el país…”
Nos llaman los líderes religiosos a ser “… constructores de un Perú digno, fraterno y de paz”, pues no queremos “un país atomizado, polarizado ni violento”.

Aunque sin compartir la totalidad de las expresiones del comunicado, reconocemos el gran esfuerzo concertador desplegado, el que debería imitar la ciudadanía a través de los partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil, gremios empresariales y laborales, colegios profesionales y demás entidades representativas del quehacer nacional.

A veces para dialogar y tomar acuerdos, se requiere de facilitadores que hagan la tarea de ser “bisagras”, acercando a los unos con los otros, observando hasta donde se puede ceder, ya que incluso las posiciones extremas pueden reducir distancia. Para la tarea de facilitación se puede solicitar el auspicio de las iglesias, aunque también el “Acuerdo Nacional” podría afrontar el cometido, pese a su silente existencia en los últimos años en que tan compleja ha sido la situación socio política de nuestra patria.

No se puede dialogar con posiciones irreductibles, como tampoco con contertulios inmóviles, tienen que comprender que para llegar a acuerdos de voluntades hay que hacerse recíprocas concesiones, por supuesto sin atentar contra los valores que son permanentes e inalterables.

 

 

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