Por Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara, MBA, Sociólogo
El origen de este tradicional postre se remonta a la época virreinal, con la historia de Doña Josefa Marmanillo. Esta mujer, quien vivía en el Valle de Cañete. El Turrón de Doña Pepa, precede, más de trescientos años, las expresiones gastronómicas de la muy devota “Procesión del Señor de Los Milagros”. El turrón de Doña Pepa es un tradicional dulce limeño que se acostumbra a preparar con ocasión a la procesión del Señor de Los Milagros, como una de las demostraciones de religiosidad más grande del Perú.
En el Perú existen más 400 postres peruanos y entre ellos destaca el Turrón peruano de Dona Pepa, y está muy arraigado a las tradiciones y costumbres de la gastronomía peruana. La recetas que se remontan a siglos atrás y que se han transmitido por generaciones hasta convertirse en símbolos de la identidad nacional. Uno de ellos es el turrón de Doña Pepa, considerado patrimonio cultural de la gastronomía peruana considerado patrimonio culinario del Perú. La génesis del turrón tiene orígenes árabes, y sus dulces de miel con almendra que se adaptaron a lo largo de los siglos, y los orígenes del turrón llegaron al Perú con la cocina española. En el Perú se creó el turrón peruano con una variedad de ingredientes nativos originarios del Perú, tomando una característica única que la diferencias de otros tipos de turrones.
El origen de Turrón peruano se remonta a la época del Virreinato, con la historia de Doña Josefa Marmanillo, conocida como dona Pepa. Esta mujer, quien vivía en el Valle de Cañete era una mujer afroperuana., que trabajo como esclava que padeció de una enfermedad que con el tiempo paralizó sus brazos. Esta dolencia le permitió ser liberada del yugo esclavista de la época, por ser considerada improductiva, y fue arroja a su propio destino. Josefa, quien vivió en el Valle de Cañete.
Ante su condición de una mujer incapacitada por su dolencia, decidió acudir a la procesión del Señor de los Milagros, para implorar al Cristo Morado por su sanación. Grande era su fe y devoción que, cuentan los relatos urbanos, el milagro le fue concedido.
Josefa conocida como Dona Pepa, en agradecimiento al Señor de Pachacamilla, ella regresó al año siguiente y le ofreció un popular turrón durante la fiesta del Señor de Pachacamilla. Dona Josefa conocida como dona Pepa repetía esta costumbre todos los años, de preparar el turrón para la fiesta y procesión, hasta que el postre cautivó a los devotos. de la procesión del Señor de los Milagros, para implorar al Cristo Morado por su sanación.
El Turrón está hermanado con la festividad del Señor de los Milagros, este colorido dulce es uno de los favoritos por todos los peruanos. Su dulce combinación de sabores que seducen al paladar. El clásico turrón, en el mes de octubre que adquiere mayor protagonismo entrelazado a la tradicional procesión del Señor de los Milagros que se celebra en el mes de octubre.
El mes de octubre es conocido como el mes morado, por la ¨Procesión del Señor de los Milagros¨, el color morado es característico de esa fecha de fiesta religiosa, los fieles, los adornos de las calles se pintan de morado, y además se come los ricos turrones, como también los picarones, anticuchos, mazamorra, etc.
Las coloridas mixtureras llevando sobre sus cabezas grandes azafates de flores y primorosas frutas de mazapán, membrillos acaramelados y pastillas de canela y azúcar, más allá estaban las sahumaduras, con sus ostentosos pebeteros de plata labrada, eran lindas negritas, muy jóvenes, peinadas con diminutas trenzas, representando a sus “amitas”, que competían al presentar los exóticos inciensos que inundaban el lugar de un misterioso aroma de plegaria.
Muy cerca de las andas del “Cristo Moreno” un grupo de señoras que formaban el coro, cantaban un sentido himno: “Señor de los Milagros, a ti venimos en procesión, tus fieles devotos, a implorar tu bendición”, mientras que una gran banda de músicos uniformados las acompañaba.
Los veleros eran protagonistas de esta fiesta, ellos que ofrecían a viva voz unos pequeños candiles, primorosamente adornados, el Señor tenía que estar bien iluminado. A su costado, los faroleros portaban luminarias para asegurase que en las cercanías del anda brillara siempre la luz de la fe.
Ocupaban un sitio especial los penitentes, que se imponían discretamente la tarea de pedir limosna en plena procesión para mantener el culto.
Las vivanderas, hacían un recorrido durante la procesión y en las calles aledañas ofrecían con alegres gritos, olluquito, cau cau, causa, escabeche, cebiche, choclos, butifarras, anticuchos, choncholíes, picarones con miel, mazamorra morada, emoliente, etc.
Los relatos callejeros cuentan que Josefa, absorta, deslumbrada, se vio envuelta en ese torbellino de sensaciones, aromas y sabores y una explosión de fe en su interior le indicó claramente como tenía que agradecer al Señor. Quién, sino ella, sabía hacer el más delicioso de todos los turrones, el más criollo de todos los dulces, sin lugar a duda era el suyo, era su turrón.
En la próxima salida del Señor, Josefa ya estaba apostada en una esquina con una tabla especialmente acondicionada y a su paso alzó el turrón con sus dos manos y se lo ofreció al Señor, con fe, con amor, con agradecimiento, multicolor, suave, criollo.
Cuando regresó a Cañete, Josefa contaba que el Cristo había vuelto la cabeza y con una gran sonrisa le había agradecido y bendecido el presente. Josefa se propuso viajar de Lima a Pachacamilla, todos los años a ofrecer su dulce en la Fiesta del Señor de los Milagros, luego fue su hija y la hija de ésta y así sucesivamente, hasta nuestros días, en que el Turrón de Doña Pepa, preside, desde hace trescientos años, las expresiones gastronómicas de la muy devota “Procesión del Señor de Los Milagros.
Aprendiendo de la receta
La escritora Yeinnys Ocando nos relata la preparación del tradicional turrón de Dona Pena, también conocido como turrón del Señor de los Milagros. “Para preparar este clásico turrón en casa debes añadir en una sartén una cucharada de semillas de ajonjolí, dos cucharadas de anís y tostar a fuego lento hasta aromatizar. Luego, en un plato hondo, agrega 4 tazas de harina preparada, previamente cernida. Realiza un hoyo al centro de la harina e incluye en él 5 yemas de huevo, 400 gramos de mantequilla con sal, 3 cucharadas de azúcar y el anís con el ajonjolí tostado.
A continuación, mezcla y amasa todos los ingredientes hasta conseguir una textura suave y homogénea. Forma palitos de 20 centímetros en una superficie embadurnada con harina y colócalas después sobre papel manteca. Ingresa esta preparación al horno, a 180 °C durante 20 minutos, y luego déjala enfriar.
Para elaborar la miel, agrega en una olla dos membrillos cortados en cuartos, la mitad de una cáscara de piña, dos manzanas en cuartos, una cáscara de plátano, dos rajas de canela, cuatro unidades de clavo de olor y cúbrelos por completo con agua. Cocínalos a fuego medio hasta que las frutas se deshagan. Luego, con ayuda de un cernidor, cuela el líquido y resérvalo.
Posteriormente, coloca una bola de chancaca en otra olla, añade dos tazas de azúcar rubia y cubre esta combinación con el doble de agua. Agrega dos unidades de hojas de higo y cocina a fuego medio bajo hasta que se forme una miel. Agrega la reducción de frutas de la olla anterior y continúa mezclando hasta obtener una textura de miel.
Acto seguido, coloca juntos los palitos bien fríos sobre papel manteca, uno al lado del otro, cubriendo los posibles orificios que se puedan formar. Cúbrelos con la miel y monta sobre ellos otra capa transversal. Completa en total tres capas de palitos cubiertas con miel. Decóralas con grajeas de colores en la superficie y corta con cuidado los bordes. Finalmente, disfruta de este delicioso manjar”. (Ocando)
Tal era su devoción de Josefa conocida en el barrio como Dona Pepa que, el milagro le fue concedido. En agradecimiento al Señor de Pachacamilla, ella regresó al año siguiente y le ofreció su popular turrón. Esta costumbre se repetía todos los años, hasta que el postre cautivó no solo a Cristo, sino a todos sus devotos.
Hasta hoy, los limeños, grandes y chicos, buscan probar con desesperación un bocado del delicioso turrón de Doña Pepa, como si la gran Josefa todavía siguiera viva.
La Diáspora Miami, octubre 2022.
Referencias.
- Mori Moreno, Ana Lucia. Historia y origen del turrón peruano de “Doña Pepa”
- Turrones Rey. Historia del Turrón
- Turrón Ocando, Yeinnys. Turrón de Dona Pepa: Una esclava, un milagro y una tradición. Octubre 2022.
- Fotos Andina pe. Diario el Correo.