Es un viejo dicho que explica algo que ocurre con personas que de pronto se molestan, enojan, pierden la calma, la paciencia, están iracundos.
¿Es una reacción del organismo que en esa condición exige más aire? No lo sé, tal vez se trata de una reacción como cuando cambia el color de las mejillas y se ponen de un rojo intenso al encolerizarse, avergonzarse, entusiasmarse.
Existe una teoría que explica que la sangre fluye hacia la cara y provoca una sensación de inflamación en la zona nasal. Los artistas antiguos expresaban la indignación exagerando la abertura de las aletas de la nariz.