Las coincidencias en el periodismo no son esporádicas como puede suponerse, ocurren con cierta frecuencia seguramente debido a que se trata de una actividad que se ocupa de aquello que está en el centro de la atención y requiere modificaciones, son el quid de su quehacer.
Hace muchos años tuve un jefe que hacía fiesta cada vez que el gobierno o alguien de alguna importante entidad adoptaba una decisión a partir de denuncias, reclamos, sugerencias o protestas que nos encargábamos de difundir.
Ayer denuncié que “ el trabajo de los periodistas se ha visto complicado por las dificultades en el acceso a la información y falta de transparencia de las autoridades políticas. Difícil acceso a las fuentes, a una cuadra de palacio”.
Por coincidencia ayer el presidente Castillo dispuso reabrir la sala de cronistas del palacio de gobierno y le ganó la iniciativa, en este sentido, a Marícarmen Alva, que podría hacer lo mismo en el congreso de la república.
Otro buen paso fue el anuncio de eliminar la casa de Breña para reuniones del presidente con personajes a quienes venía recibiendo a escondidas en Breña, como un bandido.
Eso se llama caminar rumbo a la transparencia, que es la mejor garantía de la democracia y en este sentido poco pueden reclamar al gobierno algunos medios que no son transparentes respecto a sus verdaderos propietarios.
Figuran algunas personas que todos sabemos, gracias a los artilugios de la legislación, solo son representantes de los verdaderos dueños de grandes medios de comunicación.
Corresponde al congreso mejorar la legislación que tiene que ver con la difamación que en el Perú es abusiva y sobre monopolios en los medios de comunicación.
No pueden esconderse en el anonimato quienes están decidiendo diariamente que pueden o no pueden conocer todos los peruanos.
Las sociedades anónimas son válidas en cualquier negocio, menos en aquellos que tienen que ver con el manejo de asuntos de interés público, como es la libertad de prensa.